Si te decimos que es imposible dar con una mala playa en Mallorca no te estamos mintiendo. La isla es famosa por su más de trescientas de ellas repartidas por todo el litoral. Se trata de playas generalmente tranquilas y de color turquesa, algunas muy bulliciosas y otras casi vírgenes y alejadas del mundanal ruido.
En este artículo vamos a descubrirte cinco joyas que debes disfrutar durante tu escapada. Prepara la toalla, las chanclas y la crema solar. ¡Nos vamos!
Playa de Es Trenc:
Está ubicada en una zona de protección natural y muy cerca de las Salinas del Trench, donde se cosecha la tradicional flor de sal. Arenas blancas, dunas y pinares forman un paisaje espectacular. Sus aguas son tranquilas, no suele estar excesivamente poblada y tiene la catalogación de nudista. El verdadero Paraíso de Adán y Eva.
Playa de Formentor:
Tiene una forma característica de media luna y un frondoso pinar que hace que puedas dejar la sombrilla en casa. Su extensión alcanza los 1’5 kilómetros y pese a ser muy visitada aún conserva el aspecto de un paraje virgen. Tiene aguas poco profundas y calmadas por lo que los niños la disfrutan especialmente. Además, está habilitada con servicios de higiene y restauración.
Calós de Marmols:
A esta cala no es fácil llegar pero sin duda el esfuerzo merece la pena. Es poco frecuentada y está situada entre acantilados, puede accederse a pie pero el camino, de unos 5 kilómetros, resulta complicado por lo que recomendamos acudir en barco. Hay que tener en cuenta que no tiene servicios de ningún tipo y se debe ir bien equipado. Si buscas belleza, aventura y tranquilidad ésta es tu cala.
Cala de Sa Calobra
Para llegar a esta cala hay que disfrutar las curvas. Para acceder a ella se conduce a través de una serpenteante carretera que sortea un desnivel de 900 metros. Otra forma más sencilla es llegar por mar ya que varias empresas organizan salidas diarias desde Port de Soller. Una vez llegáis os espera un paisaje de impacto con una playa estrecha de guijarros con aguas turquesas. Suele estar muy concurrida así que recomendamos evitar la temporada alta.
Cala de S’Amarador
Es el sitio perfecto para un día de playa en familia. Se trata de una playa tranquila, poco alterada y con aguas muy poco profundas ideales para los más pequeños. Está galardonada con la bandera azul y dentro de un parque natural. A sólo 400 metros se encuentra la Cala Mondragón, algo más pequeña pero mejor equipada. Tiene servicios de restauración y pueden alquilarse sombrillas y tumbonas.
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